Conservación

Conservación

Núcleo de Cría

El núcleo principal de cría se encuentra en el norte de la provincia de Burgos, especialmente en la comarca de Las Merindades.

La cría en semilibertad, la pureza genética y la conservación de su hábitat natural han sido claves en su supervivencia.

La gestión del Libro Genealógico y los programas de conservación están regulados por la Asociación de Criadores y entidades públicas, con especial atención al control genético y a la preservación del tipo racial original.

Censo

Según los datos oficiales del Registro ARCA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación), a fecha 31 de diciembre de 2024, el Caballo Losino cuenta con un total de 855 ejemplares censados distribuidos en varias provincias de Castilla y León.

La mayor parte de la población se concentra en la provincia de Burgos, su área de origen y principal núcleo de cría, con 687 ejemplares, lo que representa más del 80 % del total. Le siguen Soria con 124 ejemplares, Segovia con 29, y Palencia con 15.

Estos datos reflejan la situación crítica de la raza, que continúa catalogada como raza amenazada, y subrayan la necesidad de seguir apoyando su cría, conservación y expansión a otras zonas compatibles con sus características.

Caballo Losino: legado vivo del norte ibérico

No es solo una raza ganadera: es un patrimonio genético, medioambiental y cultural único.

Su conservación es vital porque representa un legado evolutivo irrepetible, moldeado por la naturaleza durante milenios.

Como animal que ha vivido en semilibertad, es también un símbolo de convivencia con la fauna salvaje, adaptado a los ecosistemas del norte ibérico. Además, ha acompañado a los pueblos de Las Merindades desde la prehistoria hasta la actualidad, como alimento, herramienta de trabajo, montura en la guerra y parte del imaginario colectivo.

Proteger al Losino es preservar biodiversidad, historia y cultura para las generaciones futuras.

Caballo Losino: legado vivo del norte ibérico

No es solo una raza ganadera: es un patrimonio genético, medioambiental y cultural único.

Su conservación es vital porque representa un legado evolutivo irrepetible, moldeado por la naturaleza durante milenios.

Como animal que ha vivido en semilibertad, es también un símbolo de convivencia con la fauna salvaje, adaptado a los ecosistemas del norte ibérico. Además, ha acompañado a los pueblos de Las Merindades desde la prehistoria hasta la actualidad, como alimento, herramienta de trabajo, montura en la guerra y parte del imaginario colectivo.

Proteger al Losino es preservar biodiversidad, historia y cultura para las generaciones futuras.